Uf!

domingo, septiembre 07, 2003

Este Blog no deja de sorprenderme.
Me han dejado mudo, cosa que en mi caso es dificil per se. Gracias por los comments.
Tengo miles de cosas que luchan por salir, por hacer, y saben qué? Sólo quiero estar tranquilo.

He estado con hartas cosas y trabajando con el Mac, tengo pega, he estado todo el día riéndome con la maratón de Seinfeld que está desde ayer en Sony, el viernes en la noche estuvimos full house con el lote del colegio, Bea, Mariluz, Gloria, Paty, Arturo, Claudio, Enrique, Moisés, Ricardo, Augusto, Pablo, también estuvo la Jenny y la Belo que me pasó a ver y terminó ayudando.
El sábado estuve hablando mucho con mi hijo Ro. Es un bombón. Me da gusto verlo y oírlo hablar, tan grande, tan maduro pa sus 20. A Fe no lo ví pero recién hablamos por teléfono.
Hoy, hace un rato, fui a dejar un regalo de fotos a Pierre y la Kathy que se casaron el domingo pasado, y aunque fue un día muy raro, especialmente para dos, desde aquí les deseo que la vida, que les regaló esta oportunidad maravillosa, les permita seguir llenando de amor sus corazones.

Les regalo un cuento. Uno de esos tristes, como me gustan a mí.


Cuento

Otras veces, otras palabras volvían a su memoria mientras contemplaba el rostro de la mujer que amaba, la misma que parecía haber olvidado todas las frases, las promesas y planes, todo aquello por lo que ambos vivían hasta hace un par de minutos, los mensajes, los guiños, las arrancadas a uno que otro lugar distinto de la casa.
Algo había pasado.

Algo había cambiado en aquel rostro, ahora sombrío, ya no eran los mismos ojos que alguna vez le contemplaron con amor y que ahora sentía lejanos.
"No lo hagas, intentémoslo. No me dejes"
"Tengo que hacerlo... ya no te quiero"


Aquellas palabras terminaron de abrir la herida que había empezado a crecer de nuevo en su interior. Pensaba que ya no había lugar trizable en su corazón, pero en verdad aún quedaba.
"Déjame al menos amarte por última vez. Regálame nuestra última noche. Hazlo, si no por mí, por todo aquello que hemos vivido juntos."

No podía creer las palabras que acababan de salir de su boca, pero sus labios fueron más rápidos que su razón.

El silencio era total, sus ojos llenos llenos de ella la buscaban y, como un tronco flotando en medio de la inmensidad del mar, unas palabras aparecieron para salvarle del naufragio:
"... está bien, pasaré esta misma noche contigo... Será la última."

No podía creer lo que escuchaba, pero no le importó demasiado, así es la naturaleza del amor, siempre más cercano a la locura. La llevó a su casa como cualquier otra noche.

La comida, el vino y un poco de frío hicieron que olvidaran la conversación de la tarde y entre besos, caricias y palabras terminaron en la cama, la misma que les había visto amarse por primera vez y que ahora parecía esperar, impasible, el final de lo que en ella comenzó.

Hicieron el amor como tantas veces, con ternura, manos apasionadas y dulces besos en los que parecían juntar sus almas, dos corazones latiendo. Pero el fantasma de la tarde sobrevolaba y esperó el momento más delicado para introducirse de nuevo en su conciencia. Fue un movimiento, un quejido, un suspiro de ella, profundo e intenso, que tantas veces escuchó y que ahora lo sacaba de su estado de ensoñación. De pronto se dio cuenta de que esa era la última vez que escucharía aquel sonido, que para él representaba la voz de su amor. Esa noche era la última en la que sentiría la energía, y contemplaría su sonrisa satisfecha, la última en la que se sentiría afortunado por tenerla a su lado, y especial por ser amado, la última en sentir y entender la oportunidad maravillosa, el regalo de la vida, la última en dormirse en sus brazos.
Su mundo se derrumbó entonces, lentamente se abrazó a ella por última vez. Le dijo
"Te amo"

Una lágrima se deslizó desde uno de sus ojos por su cara, para luego caer sobre el cuello tantas veces amado y perderse finalmente entre sus pechos.
"Lo sé".


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Créditos

Agradecimientos a mi MacBook, a los Marlboro que fumo, pero menos, la Coca-Cola, el cable, el control remoto, Google, Blogger, Twitter, los libros, la radio, ella, mis hijos, mi ex-psicóloga y muchos otros anónimos colaboradores que han contribuido y soportado mi comunicación precoz. Gracias por estar.

Más créditos

Foto del blogger: Bárbara Gallardo
Foto de Santiago by night: Mía.

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