Los niños de Antuco

Cuando la muerte es joven, duele más.
La gran mayoría de los que se quedaron en la nieve tenían entre 18 y 19 años.

Ordenes, obediencia. Marchar porque mi mayor dijo.

Hoy vemos caras tristes, resignadas, familias deshechas. También vemos preocupación en algunos, capaz que se les arranque un sillón en el senado. No sé bien lo que pasó, ni tampoco por qué pasó. Pero hay 45 niños allá en Antuco. Y mucha gente que se pregunta por qué. Y cuando se pregunta desde el dolor no se puede contestar golpeado. Todas las tragedias duelen, pero esta le vuelve a pegar a los mismos de siempre.

Hoy hace frío. Aquí adentro, no tanto. Pienso en los que no volvieron.
Cuando la muerte es joven, duele más. Duele el alma.