Terremoto grado 11
lunes, noviembre 14, 2011
El 11 del 11 del 11, tipo 11 de la noche, tuve un terremoto grado 11.
Aunque no hay graves daños materiales ni, digamos, desgracias personales que lamentar, se sabe que nadie sale ileso de estos acomodos del universo.
Y claro, aunque te sorprenda la fragilidad de algunas construcciones, nadie dijo que sería fácil.
Sabes, yo no sé escribir, al menos no de un corazón que trata de entender. Yo sólo entiendo que la vida está hecha de momentos, frágiles, fugaces y hermosos y sé también que hay otros tristes que duran un poco más. Todo el resto, lo dejé de entender. Todo el resto lo dejé de soñar.
Hace mil años, cuando sí tenía sueños, me despertaron bruscamente. Pero éramos tan chicos y sabíamos tan poco de todo. Luego, ya más grande, tuve otro sueño que duró casi 20 años. Aunque en verdad, no fue un despertar muy brusco, la vida comenzó a despertarme un poco antes. Después tuve otro sueño y como no aprendí nada, de nuevo me lo quitaron. Pensé que no volvería a soñar. Pero claro, no es cosa de decidirlo. Y cuando pensé que sería un insomne eterno, apareció ella. Y el sueño, de nuevo, comenzó a tomar forma, su forma. Será que si algunos tropiezan con piedras varias veces, yo sueño con amaneceres juntos, y besos y risas, y despedidas y saludos ricos, y romances y secretos y tantas cosas que ni nombrarlas puedo. Todo el resto, se arregla, se acomoda, se transa o se cambia. El amor puede todo, de verdad que puede. Ahora no tengo sueños, no quiero tener. Ya no quiero. No quiero que me los quiten. Y claro, suena mal, suena raro, suena terrible, ahora que lo escribo, lo leo, y ni yo me lo creo. Será que no le temo a las réplicas y me digo que tengo que aprender, y mejorar, y compartir tanta cosa que me bulle aquí adentro. Sobre todo aprender, que a eso vinimos.
No sé. Dormir, eso por ahora. Dormir, soñar acaso.
Se puede soñar?
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