Malena, Mónica Bellucci
miércoles, abril 30, 2003
Malena, la inteligencia sexual y la magia.
Tal como se acepta la maravilla de la inteligencia emocional para un mejor desarrollo y comunicación, ¿se puede hablar de inteligencia sexual? ¿Inteligencia bajo las sábanas? Hay algunos que saben exactamente qué los mueve, qué los emociona, y pueden transmitirlo, y buscarlo. Yo quiero pensar en esto más allá de las sábanas, de la cama, de la pieza. El sexo no está por allá abajo, sino bastante más cerca de los niveles intelectuales. Lean este copy & paste de una entrevista a Mónica Bellucci, que aparte de clever es definitivamente hermosa: "...Si un hombre es guapísimo, te atrae. Pero si nada más abrir la boca resulta un idiota, la magia se acaba enseguida. Es la curiosidad la que desata el deseo. La sensualidad nace del misterio. Es sólo la mente la que te da ganas de abrirte de piernas. El secreto de una relación duradera es saber imaginando a una persona que ya conoces muy bien. El misterio mantiene vivas las fantasías. Lo más sexy de un hombre es su cerebro". Y agrega: "Una mujer quiere sentirse protegida, pero busca a la vez un cómplice y un hombre lo es sólo si desvela sus debilidades. Sexualmente deseas un hombre que te dé placer, pero acabas enamorándote de él cuando descubres sus defectos". ¿Qué les parece? Tienen que verla en Malena, una buena película donde ella no sólo se ve bien, sino que construye un gran personaje casi sin hablar. Bueno, la cosa es que Mónica y yo (excuse me) pensamos que las personas no sólo se atraen físicamente. Se requiere mucha creatividad e imaginación para no aburrir al otro, ya sea con o sin ropa. El juego divierte y relaja, y hay que dejar fluir sentimientos y sensaciones. Por lo general, ser "inteligente sexual" es tener la mente ágil y abierta, tener una actitud de curiosidad, de jugar, de explorar, permitirse ser lúdicos y sensuales, románticos sin remedio y al mismo tiempo muy apasionados. Y saber hablar, pensar, convencer o ser convencidos, pero también saber besar, abrazar, demostrar cariño, y no tener problemas en dar y pedir placer. Llevar y dejarse llevar.
¡Qué maravilla! Ser uno, y encontrar a alguien que te quiera. Esa es la magia que me asombra.