Puedo llamarte Barack?
miércoles, enero 21, 2009
Bienvenido Mister President.
Usted ha invitado a su país, y a gran parte del mundo, a una fiesta. Una fiesta por el cambio y la esperanza. Y eso, Barack, porque puedo llamarte Barack, no?, es bastante. Sabes, te vi en la tele hoy, millones de personas en el National Mall, muchos lloraban, -porque uno a veces llora de alegría, de ver sueños cumplidos, de sentir que la esperanza te llena tanto que te salen lágrimas-, y era una multitud que cantaba, que se abrazaba, para el frío y la contentura, y que despedía a tu colega saliente, felices de verlo alejarse en helicóptero.
No sé si habrán cambios en el sistema que gobernarás, me imagino que tendrás varias cosas pensadas para la economía, hay mucha gente que cree en ti, que te ve como la gran esperanza para un sistema en crisis, para una sociedad demasiado preocupada en hacer plata, con sus principales soportes -bancos y acciones- cayendo, y en algunos pocos casos sobreviviendo gracias a un plan de rescate bastante injusto para los de siempre, que claro, no son los que especulan. Y esto arrastra a empresas y compañías bastante lejanas, como las nuestras, que ven preocupadas como la crisis, tan famosa, tan mediática y tan anunciada, sirve también de pretexto para bajar esos costos incómodos de recursos humanos, de forma limpia y como diciendo qué quieren que haga, es la crisis.
Me imagino que todo el mundo te va a pedir favores, los empresarios chicos clamarán para que el Congreso les regale plata, como a los bancos, los deudores de la clase media pedirán que les condonen las hipotecas porque no hay, de verdad no hay, cómo pagar esos intereses, y los que peor la pasan, ya sabes, los pobres, los inmigrantes, los indocumentados (sorry, iba a decir ilegales, pero ya sabes, no se puede ser persona ilegal, o ser humano ilegal, sería un poco mucho, no crees?) son los que ven bastante negra la cosa. (Sorry again, nada personal).
La gente de tu país había dejado de creer en eso del sueño americano, en la tierra justa, de esperanza e igualdad, para todo el que trabajara. Es como que han perdido la fe, no crees? La han perdido en su sistema, en su democracia, en ese rol garante de la seguridad que alguna vez se impusieron, han perdido la fe en el respeto, en la tolerancia, como que ya no creen, o más bien no creían, porque tú les has devuelto esa esperanza. Y por eso se juntaron tantos, y se organizaron bien, porque necesitaban volver a soñar, volver a creer, y volver a decir se puede.
Y eso, querido Barack, es una tarea pesada. Y es la tarea que te toca.
Te deseo toda la sabiduría, toda la paciencia y la fe, toda la fuerza, el ánimo y las ganas, y toda, toda la suerte del mundo en esto que inicias hoy.
Break a leg, Mister President.