100 cuentos contra el abuso infantil
domingo, octubre 21, 2012
Este es mi cuento seleccionado para la Antología Basta! + de 100 cuentos contra el abuso infantil, un maravilloso trabajo hecho por Pía Barros que nos reunió a muchos de los que teníamos algo que decir respecto al abuso infantil.
Todas Reinas
Cuando el flaco silbó supe al tiro que habían líos. Fue el silbido largo, ese guardado para los problemas grandes. O eran los pacos o eran los tiras. Pero fue peor. Era mi vieja.Read more...
Fue la primera vez que me pilló. Llegó por detrás. Estábamos cerca de la cancha grande. El viejo era grande y feo. Ya lo tenía listo, con la mano en el marrueco, y él, dale con bajarme los calzones.
Yo alcancé a arrancar, pero el viejo quedó ahí mismo, con la cabeza rota, y la sangre oscura que se secó hasta que llegaron a buscarlo en la mañana.
Le prometí a mi mamá que nunca más, le dije que el viejo era un asqueroso, que me mataba si no le hacía caso, le prometí que no faltaría más a clases. También le dije que era virgen, pero eso sí que era verdad. La pura verdad.
Igual me pegó. Me tiró como veinte cachetadas. Y no lloré. Terminó llorando ella. Mírame, decía, mírame cabra huevona, no quiero que te pase lo mismo que a mí. Y ahí se quedó, llorando.
Después me arranqué, fuimos con el flaco a ver al viejo. Habían unos perros oliéndole la cabeza. Le sacamos los billetes del bolsillo y nos compramos una caja de vino, aunque yo quería dulces. No le conté nada de las cachetadas y dejé que me lo hiciera para pasar la pena. Ahí sí que lloré, porque me dolíó más que todas las cachetadas juntas. El flaco se reía porque yo no tenía pelos y mis tetitas eran chicas. Se curó y se quedó dormido ahí mismo.
Me fui para mi casa. Mi mamá roncaba. Le saqué la botella de abajo de la cama, probé un trago y le boté el resto.
Después salí.
Me fui al centro, a vender flores.