Bachelet: Mala suerte y buenas intenciones
sábado, mayo 31, 2008
Duro le ha tocado su período presidencial a doña Michelle.
La muerte del General Director de Carabineros, el más alto oficial de la policía chilena, muerto en servicio activo en Panamá, fue el último suceso de esta larga lista de grandes accidentes y devastadoras catástrofes naturales, -hasta el volcán en Chaitén-, que le tocado a doña Michelle. Se ha bancado crisis internas y externas, temblores y temporales, inundaciones y sequías, levantamientos pinguinos; la muerte, y especialmente el funeral, de Pinochet; problemas energéticos, el lío del gas, la presión de diversos grupos por sus propios intereses, las rencillas internas en el gobierno y en una Concertación harto desgastada, todo lo de Schaulson, Flores, Zaldívar; un bajo crecimiento económico, cambios de gabinete, ministros con acusación constitucional y hasta un Rey diciéndole a un Presidente "Por qué no te callas?" en una reunión de alto nivel en Santiago.
También al gobierno de Michelle le ha tocado vivir las más fuertes denuncias de corrupción y malversación en toda la historia post-Pinochet. Ha sido casi una salida del closet, descubrir y darse cuenta que aquí también habían hechos de esta naturaleza. Todo lo del Transantiago, Chiledeportes, Ministerio de Educación, y una larga lista de denuncias han remecido a la ciudadanía, cosa que a todas luces resulta tranquilizadora. La verdad es que en los países verdaderamente corruptos estas denuncias son pan de cada día y la gente ni se inmuta. Si aún no perdemos la capacidad de asombrarnos, de enrabiarnos, de exigir explicaciones, juicios y castigos, también nos damos cuenta que el Gobierno reacciona, lo que significa que aún tenemos esperanza.
Yo creo en las buenas intenciones de Michelle. Sólo me queda recetarle un sahumerio, hierbas druidas, rezos de chamán y pócimas de machi para terminar con la racha de mala suerte y confiar en aprovechar ese orden del Universo que llega de repente, trayendo un momento largo, largo y generalizado, de buenas cosas.
Animo Michelle!
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