Historias de aeropuerto

Estábamos en Ezeiza, antes de salir de Buenos Aires, tratando de gastar los últimos pesos argentinos y estrujando un poco más la Mastercard, y nos paseábamos por el duty-free, esperando que alguien dijera por los parlantes eso que nunca se entiende y que pudiéramos abordar finalmente el Air France que nos traía a Chile. Y en eso estábamos, entre los chocolates, las revistas y los discos de tango y de repente alguien aparece, una chica, bastante linda y simpática y me dice, Hola, tú eres Roberto? Y yo, emmm, Roberto? Sí pues, el blogger!, me dice, claro que eres tú, qué gusto conocerte, yo te leo desde mi país Colombia y mira qué coincidencia encontrarte aquí, y un beso, y qué haces aquí, y tú, y etcétera. Blue Eyes dijo ya vuelvo, yo todavía no reaccionaba. La cosa es que nos quedamos conversando un buen rato, ella es Lupe, es periodista, y escribe en su blog, lupitaboggs allá en su hermosa Bogotá. Antes de despedirnos intercambiamos tarjetas y links, y un abrazo, claro, no es cosa de todos los días encontrarse dos personas de países diferentes, en un aeropuerto de otro país, y reconocerse gracias a los blogs.

Cada vez me convenzo más de esto. Son muchas las puertas y ventanas que me han abierto los blogs. Desde el primer día, hace ya más de tres años, comencé a escribir con nombre y apellido, y no me arrepiento. Hasta foto le puse, y eso que a varios eso no nos favorece, pero en fin. Y a todo el que me escuche le recomiendo lo mismo. La identidad es algo único, y es una de esas cosas valiosas que tenemos. Aquí mismo he dicho, varias veces, que no tengo verguenza de pensar, ni menos de sentir.

Los regalos que me ha dado esta "actividad" son innumerables y muy gratificantes. He conocido a gente maravillosa, incluso a ella, entre todas estas letras, entre todas estas historias de amor, vida y cosas cotidianas.