Historia japonesa
viernes, mayo 23, 2003
- ¿Eres tú? ¿Eres la que llaman elegida entre las doncellas? ¿Qué haces aquí?
- Estoy esperando a mi amante ¿es que no lo ves? Vete pronto, o pensará que me he citado contigo ¡Vete ya, o que te maldigan los cuervos!
- Dame un beso en el tobillo y me iré y no volverás a verme. Y si me encuentro a tu amante en el camino de vuelta, le diré que estás aquí esperándole para que se dé más prisa en llegar.
- ¿Estás trastornado? No pienso besar tus asquerosos pies ni una sola vez, y tendrás suerte si mi amante no te los parte con su bastón, -la mujer se quedó dudando un momento, temiendo haber sido demasiado descortés con el desconocido.- ¿Para qué quieres que te bese en el tobillo?
- Porque nací con una mancha blanca en cada uno, con formas de grulla y de pez, y no hacen más que traerme mala suerte. El brujo de mi aldea me predijo que se irían cuando las besase la elegida de las doncellas por su propia voluntad.
- ¿Dos manchas blancas, has dicho? ¡Deja que las vea! -el joven descubrió sus pies, y al instante, ella se abrazó a ellos diciéndole- : ¡deja que bese tus tobillos, pues eres tú el amante que esperaba!
Esta preciosa y antigua historia japonesa, rescatada de la red, demuestra que todo puede estar a la vuelta de la esquina, y puede alcanzarte cuando menos lo esperas.
0 comentarios. Escribe tu opinión aquí.:
Publicar un comentario