Sexo y Pizzas
viernes, mayo 02, 2003
Hoy leí que el sexo es como un trozo de pizza. Cuando es bueno es fantástico, pero si no está tan bueno, igual es bueno. Igual es rico.
Hay algo mágico en esos momentos previos (los del sexo, aunque también los de la pizza). Uno con los que más disfruto es el no saber. Y digo no saber nada del otro. Qué le gusta, cómo, qué hace, qué dice, cómo huele, cómo siente, cómo se mueve, como se viene. Cómo toma el momento de desnudarse, de conocerse. El cerebro trabaja para dejar grabado cada centímetro de piel, cada curva, cada luz, cada sombra. Y si no hay luz, el cerebro igual traduce del tacto, del olfato, del gusto.Y luego, ya estás en la ola, no sabes nada, escuchas cosas en tu oído, pero no sabes ni donde estás, no sabes ni tu nombre hasta que lo pronuncian, no sabes donde está arriba, o abajo, no hay frío, no hay calor, el tiempo se olvidó de dos por un buen rato y de repente, cuando te das cuenta, dices... había música? Y ella te hace un cariño o se duerme en tus brazos. Y ni te acuerdas que empezamos hablando de pizzas.
Prometido: Voy a buscar la cita exacta del Diario de Anais Nin, intentando la más fiel tradución, donde está la mejor definición de orgasmo que he leído o escuchado. Prometido para mañana.
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