Escribir

miércoles, junio 25, 2003

De repente me cuesta ponerme a escribir, no sé, el poco tiempo o que de repente tengo harta pega en la agencia, cosas pendientes, qué se yo, y me he preguntado por los motivos, esas raras razones, que me motivan a tener este Blog.
Mis ganas de escribir. Suspirar palabras al aire. Y eso me gusta.
Soy un fucked narcisist que está seguro que a alguien le interesa lo que escribe.
Tener y transmitir, a veces, algo interesante. (A veces: pocas).
Envidia (sana) de varios en el planeta que tienen Blog y no querer no ser uno de ellos.
Tratar de ser un escritor, hoy frustrated, aunque suena mejor decir en ciernes, que busca prepararse para el mañana...
Porque estará, algún día, de moda y me va a gustar estar en la vanguardia.
Porque soy, en el fondo, un poco geek, que me encantan los computers y me gusta navegar y conectarme siempre.
Por intentar existir en la web, que hoy en día, es como existir de verdad en este mundo globalizado y en tiempo real.
Por creer que hay que tener a las amiguitas y amigotes informados de tus cosas (como si les importara algo)
Para que me quieran, que es algo que seguramente viene de niño, y que me ha forjado como soy.
Anyway, ninguna de esas razones me gusta completa o por separado. Hace algún tiempo dije que me gusta saber que hay alguien al otro lado que me lee, que me entiende o no, que le gusta, que se ríe, que le carga, que puede emocionarse o negarse a lo que lee. Y esa sensación es una de las razones grandes. Saber que están ahí.
Los que están. Los amigos. Ella. Los otros. Todos. De esos que te conocen bien y aún así te quieren.
De repente siento que tengo tanta cosa para contar, tanta historia loca. Tanto imbunche en mi cabeza.
Tal vez un día se conecten, abran esta página olvidada y se encuentren con historias revueltas en el tiempo, lo de antes, lo de ahora, lo de mañana, y se mezclen los nombres, las fechas, los olvidos y recuerdos. Rescatando momentos, frágiles como un instante.
¿Vieron "City of Angels"? Esa de la Meg Ryan y el ángel. Me quedé pegado cuando Nicolas Cage dice: "Prefiero haber olido una sola vez su cabello, un beso de sus labios, una caricia de su mano, que toda una eternidad sin ella."
Es cierto. No hay nada más triste que esos recuerdos felices que andan por ahí. Sobre todo si te sientes lejos. O estás lejos de verdad.
Hace poco leí algo del Fuguet, a propósito de la genial película "El ladrón de orquídeas", (otra con Nicolas Cage), que trata sobre el acto de escribir y la crisis de la página en blanco: "No se puede tener todo en la vida. Los escritores no son gente normal, no podrían serlo. A lo que se dedican no es lógico ni sano."
Pero igual. No quiero dejar esto. Necesito esto.

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Créditos

Agradecimientos a mi MacBook, a los Marlboro que fumo, pero menos, la Coca-Cola, el cable, el control remoto, Google, Blogger, Twitter, los libros, la radio, ella, mis hijos, mi ex-psicóloga y muchos otros anónimos colaboradores que han contribuido y soportado mi comunicación precoz. Gracias por estar.

Más créditos

Foto del blogger: Bárbara Gallardo
Foto de Santiago by night: Mía.

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