Mariposas
sábado, junio 07, 2003
Despertando tarde, el primer pensamiento es para ella.
Y me siento feliz.
Leí por ahí hace algún tiempo que el regalo de la felicidad pertenece a quienes lo desenvuelven.
La felicidad, y su eterna búsqueda, cuantas palabras escritas, cuantas canciones, cuanto amor y desamor, encuentros y desencuentros.
Yo creo que la felicidad, tan buscada por todos, a veces viaja de incógnito, usa anteojos oscuros, y una vez que ha pasado te das cuenta que era ella que te andaba buscando.
Esa felicidad, a veces tan frágil y esquiva, como las mariposas de Coté Ouest que vende M., cuando tratas de perseguirlas siempre están más allá de tu alcance, y no puedes ni acercarte, así que cansado te sientas tranquilamente, y quizás, de pronto, se pose una sobre tí.
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