Historia
viernes, agosto 08, 2003
...estaba ahí tendida en el sofá con la mirada fija en el techo y el corazón abierto, entonces dijo:
- Es que tengo miedo
- ¿Miedo a qué?
- No sé bien a qué... tal vez a perder mi independencia, a compartir todos los espacios, todos los minutos, a que todo cambie mucho. A equivocarme... otra vez
- ¿Por qué?
- No sé. Es sólo miedo.
Pensé en ese momento que ése podría ser el peor de los miedos, temer a las cosas que te está ofreciendo el cielo y las rechaces.
Habría preferido que me hubiera contestado
- A enamorarme...
- ¿Por qué?
- Porque pueden destrozarme el corazón
Yo habría pensado un rato... y le habría dado la única respuesta posible:
- Es un riesgo que siempre se tiene que correr.
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