Lecturas
domingo, agosto 03, 2003
Estoy en casa de Martine. Vengo llegando de un gran almuerzo con Fe, Ro y Cathy. Ro feliz con su auto nuevo y Fe con lata por volver a clases.
Viendo los muchos y buenos libros que tiene Martine en su casa descubro esto de Jorge M. Bucay, que es un médico y psicoterapeuta argentino que escribió "Cartas para Claudia".
Al abrirlo descubro esta maravilla de Fritz Perls:
Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo.
No estoy en este mundo para llenar tus expectativas.
Y tú no estás en este mundo para llenar las mías.
Tú eres tú y yo soy yo.
Y si por casualidad nos encontramos es hermoso.
Si no, no puede remediarse.
Y más adelante, sigo hojeando y me encuentro con esta definición de amor, entre dos amigos, o hermanos, o padres e hijos, o amor de pareja, o amor al fin:
Quiero que me oigas sin juzgarme
Quiero que opines sin aconsejarme
Quiero que confíes en mí sin exigirme
Quiero que me ayudes sin intentar decidir por mí
Quiero que me cuides sin anularme
Quiero que me mires sin proyectar tus cosas en mí
Quiero que me abraces sin asfixiarme
Quiero que me animes sin empujarme
Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí
Quiero que me protejas sin mentiras
Quiero que te acerques sin invadirme
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten
Quiero que las aceptes y no pretendas cambiarlas
Quiero que sepas que hoy cuentas conmigo
Sin condiciones
Cosas simples como estas, sin arranques literarios vacíos y rimbonbantes, son las que más me gustan.
Otra cosa, le daré una segunda oportunidad a Paulo Coelho con El Alquimista. Tal vez la primera vez que lo leí, y que me cargó, porque no le creí nada, me dejé llevar por mi típica cosa de desconfiar de estos éxitos rápidos y marketeros.
A Martine le encanta, le cree y todo, así que vamos a reconversarlo después. Lo increíble es que le daré la second chance sólo por ella. ¿Se enterará Coelho alguna vez?
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