Días
jueves, octubre 09, 2003
Casi todos los días tienen un momento absolutamente perfecto. Frágil, fugaz e irrepetible.
A veces hay que esperar hasta el último suspiro para darse cuenta y descubrirlo.
Y te pones contento.
Hay días que tienen varios momentos así de perfectos. La mañana que se llena de sol, algo rico para el almuerzo, una canción, una llamada, un e-mail, verla después. Sentirla cerca.
Volver contento.
La cosa sería aprender a prolongar esos momentos.
Al final los pequeños instantes son los que le dan sentido a la vida.
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