Los Cuarenta y tantos

"Si usted pudiera parar el tiempo y quedarse para siempre en un momento de la vida, ¿a qué edad sería?". Esta era la pregunta que planteaba una encuesta hecha en EE.UU. por la empresa Harris Poll.
¿El resultado? En promedio, se escogió los 41 años como la edad ideal de la vida.
A mí me ha sorprendido mucho este resultado. Pensé que muchos escogerían los treinta, la adolescencia, o la infancia, pero no. La gran mayoría ha preferido los 41.

Las razones son múltiples: al pasar los cuarenta hombres y mujeres han completado varias tareas importantes, como tener una profesión, trabajo y familia estable, hijos.
Se supone que los cuarentones tenemos definida nuestra identidad y todo lo que tiene que ver con nuestras creencias, ideologías, sentimientos, valores e intereses. Se supone que hemos consolidado nuestras carreras y podemos recoger frutos y disfrutar nuestros logros laborales, familiares, de pareja, etc.

Puede ser, pero porqué entonces hay veces en que ando tan lejos de las armonías… la cosa laboral es tan inestable y errática, y yo mismo ando con poco entusiasmo y algo desmotivado.

Recuerdo cuando era joven joven, en esa edad que tenías permiso para soñar, probar, equivocarte y volver a probar. Lleno de pasión por lo que te gustaba, querías toda la independencia pero también sentías necesidad de apoyo. El mundo, las personas, las cosas llenaban tus ojos y tu corazón. Lleno de ganas de aprender.
Todo era intenso. Todo era nuevo. Lo querías todo. Y lo querías ya.

Creo que más allá de los 40 comienzas a preguntarte si de verdad estás satisfecho, si haces lo que quieres hacer, (o lo que querías). Y esto tiene, un poco, cara de crisis. Y tus relaciones con tus parejas, con otros y con tus propias rutinas sufren por estas ganas de hacer las cosas como las hacías antes, cuando eras mucho más joven.

Lleno de ganas.
Como me gustaría estar a mí.

No sé, todavía ando un poco down.