Llueve sobre mojado
martes, febrero 24, 2004
Tomé té donde mi mamá. Luego fui al terminal de buses a dejar a Ignacio, que vuelve al norte. A la vuelta, el auto alcanzó a moverse 10 cuadras, y quedé botado, sin embrague, en la calle menos amigable que he estado. No he visto, ni en el Bronx, calle más peluda y noche más oscura. Me saqué el reloj, escondí la chequera y traté de encontrar un teléfono –celular out of order- intentando comerme la angustia y la rabia impotente de aguantar otra ola. ¿Les ha pasado que se escuchan el corazón? No que lo sientan latir, sino que literalmente lo oyen.
Conocí personajes interesantes -"no somos malos, nos gusta tomar, y somos buenos pa' puro machetear. Déjelo aquí no más... se lo cuidamos hasta mañana"- Uf.
Pude llamar y hablar con Fe, con Ro, con Martine. Finalmente llegó una grúa, la más hermosa que he visto en toda mi vida, me subió y me trajo al departamento. Y aquí estoy, hambriento, de comida y afectos, y son más de las 3 de la mañana, y yo, tratando de hacer un plan comercial esquivando estos palos de los dioses.

Mi sitio profesional
Mi agencia
About me
En Twitter
En Linkedin
En Instagram
En YouTube
En Facebook
En Flickr
En Pinterest
En Quora
En Tumblr Shorts
0 comentarios. Escribe tu opinión aquí.:
Publicar un comentario