"Tenemos que hablar..."

O la historia de las peores cosas que te han dicho

El "Tenemos que hablar" debe ser una de esas frases para el bronce. Todos, o la hemos escuchado o la hemos dicho. Tiene la facultad de dejarte helado, preocupado, o culpable, si tienes algo de qué arrepentirte. También puedes quedarte marcando ocupado o tratar de reaccionar rápido, pero creo que es mejor esperar a que te hablen. (Por si acaso es otra cosa, digo yo).

Hace algún tiempo escribí aquí que la Jacqueline, mi ex psicóloga, me contaba que las personas se dividen en dos grupos, las que dejan o las que son dejadas, ninguna es mejor o peor, son distintas. Yo por supuesto estoy en el segundo equipo y he escuchado ciertas frases que, conversando por aquí y por allá, me he dado cuenta que están en los paradigmas humanos y a muchos les resultan muy familiares.

Seguro que escucharon, o dijeron, esa de "Me gustas mucho, pero..." o esa otra de "Te quiero como amigo", (con su perversa variante "Te quiero como hermano"). La intrincada "No te merezco" que igual es un poco rara. La "No es por ti, es por mí…" O "No estoy lista para esto". "Necesito espacio (- respirar - aire - tiempo y derivados)". Se ha escuchado por ahí "Tenemos que ir más despacio…" en varios momentos relacionados con la líbido. O "Estoy confundida". Ahora bien, esta frase "estoy confundida, necesito un tiempo" significa "no quiero más contigo y voy a ver si encuentro otra cosa, pero tú quédate por ahí, por si no encuentro nada mejor y volvemos..." - Y antes que me reclamen, muchas de estas frases sí pueden ser verdad. Así de simple, y realmente sentirlas quien las dice. Lo censurable es cuando las usan como pretexto, OK?

También hay "Ya no te quiero como antes", que, bueno, puede ser, y es demoledora.

Tal vez puedas recordar qué te han dicho, o qué dijiste alguna vez…