¡Un año!

Happy Birthday Blog!

Hace justo un año comencé esta aventura comunicacional. No sabía si me iba a dar, si (me) serviría de algo o simplemente si alguien me leería. (Será mi pequeña dosis de autoengaño respecto a que puedo ser escritor o al menos un poco más que simple exhibicionista, digo yo). Además la idea de ser tu propio editor seduce mucho, nadie te dice qué ni cómo ni cuando. No hay que dar muchas explicaciones.
Sentía que tenía que probar. Varios me miraron raro, otros me dijeron que estaba loco y a otros de repente los veo por aquí. Y, contra todo pronóstico, aquí estoy, 365 días después, con este nuevo amigo.
Un amigo al que le debo mucho -él sabe porqué- que lee entre líneas con total complicidad, que nos hemos enojado, hemos discutido, me ha consolado y se ha reído con mis chistes. ¿Qué más se puede pedir?
Algunas cosas que he escrito me han gustado. Como las gracias de un hijo, las miro con orgullo ciego de papá. Otras las he odiado, me han pasado la cuenta corregida y aumentada. Y otras están por ahí, como suspiros en el aire. No sé donde quedaron las cosas que no dije, las palabras que callé, lo que era lógico, cuerdo o con sentido. Escribí y lancé la botella al mar.
Si alguna vez encontraste aquí la palabra precisa, la sonrisa o la condena, todo bien. Nadie me ha demandado, hasta ahora. Y en verdad han sido emociones honestas. Siempre.
Gracias a las voces que pasan por aquí a veces, los que dejan cariños, retos y consejos. También a los que pasan callados, que entran, leen y salen. Si sintieron algo, estoy feliz.

...y ahora... a pedir un deseo... (mmmmm... y soplar!