Emociones

domingo, octubre 17, 2004

Estuvimos en un matrimonio el sábado, bonito, lleno de buenas cosas. Me gusta que la gente se quiera, se enamore, que crea en comenzar algo juntos, se involucre y comprometa. Nos arrancamos después del vals de los novios. No me da para trencitos ni nada de eso. Poco antes, la llaman al celular, alguien de la familia murió, un abuelo, uno de esos grandes, 90 años, pero muy vital, de esos difíciles de reemplazar. Así que en la mañana del domingo al Parque del Recuerdo, al Cinerario. Muy triste y emotivo. Y yo me quiebro, porque no aguanto la pena, de verdad no la aguanto, cuando escucho a su hija, a sus nietos, o escucho un coro que canta canciones francesas y todo me la gana. Ella me mira, y tiene la misma emoción en las pupilas. Pienso que la vida es un poco como todo esto. Anoche, dos buenos amigos se casan, hoy enterramos a alguien, no sé cuantos niños nacieron entre ayer y hoy, seguramente muchos. Y muchos también se enamoraron, o se prometieron algo a la luz de la luna nueva de anoche. Otros escribían, o leían historias. A algunos le faltó esperanza y a otros les sobró.

Y como muchos, entre la pena y mi esperanza pienso, porque me conecto con mis propias penas, con mis propios muertos. Los muertos de la esquiva felicidad. Y me conecto con lo emotivo, ahora que no le hago el quite, que lo enfrento y puedo rescatar momentos y recuerdos.

Y de todo este tiempo juntos me gustaría quedarme con la sensación de la primera vez que te ví, en esa reunión en mi oficina. También me gustaría quedarme para siempre con tus ojos, con tu mirada cuando nos dijimos intentémoslo. Por supuesto que también quiero tu mano, esa que tomó la mía cuando me llevaste a tu pieza esa primera vez. Quiero también todos los minutos, todas las horas, todos los días y noches que pensé en ti. Todos los momentos, que son muchos. Todos los sueños. Todos los besos. Todos.

Todo el resto es para ti. -Que no es poco y está lleno de promesas-

Y si ahora estamos juntos, de nuevo, será para siempre o para nunca. Tanto para dar, tanto para entregar y tal como sabemos, la vida es corta. Y puede ser bien linda. Te prometo que puede ser hermosa.

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Créditos

Agradecimientos a mi MacBook, a los Marlboro que fumo, pero menos, la Coca-Cola, el cable, el control remoto, Google, Blogger, Twitter, los libros, la radio, ella, mis hijos, mi ex-psicóloga y muchos otros anónimos colaboradores que han contribuido y soportado mi comunicación precoz. Gracias por estar.

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Foto del blogger: Bárbara Gallardo
Foto de Santiago by night: Mía.

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