Llaves para el 2005
lunes, enero 03, 2005
Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.
Yo me siento igual. Llegó el 2005, quiero que todo resulte, que los planes se concreten, que salgan negocios, que mi cabeza y mi corazón se entiendan. Y de repente he sentido que me falta la llave. La llave para salir a ese mundo que me espera. A veces la tengo, sé donde está, la siento en mi bolsillo. A veces se me pierde, y pierdo tiempo, me diluyo en nimiedades. Quiero hacer demasiadas cosas al mismo tiempo. Y leo, escribo, trabajo, navego, hablo, salgo, me meto en treinta cosas.
Ahora, si todo resulta bien, me voy al taller de la Pía Barros. Puede que encuentre ahí otra llave. Tal vez terminaré como San Pedro, con un llavero gigante, aunque me gustaría tener una llave que sirva para todo. Desde las más modernas combinaciones hasta esos antiguos candados oxidados, que aun tengo por ahí.
En eso estoy. Buscándola.
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