Piedras

Mientras imprimo comunicados de prensa para FEN, veo las noticias, hablo por teléfono, leo prensa en internet, suena la radio, la Michi se pasea sobre el teclado.


Los secundarios protestan por varias cosas, y llenos de infiltrados, tiran piedras. Una pareja de escolares rie, y tomados de la mano arrancan de los pacos por los jardines de la Alameda. Ella guarda una piedrita de recuerdo.

Más allá, lejos, científicos analizan las piedras que han traído desde la luna. Confiados, esperan que estos estudios revelen secretos milenarios. La luna, coqueta, sonríe y se deja querer.

En Afganistán una mujer de 29 años muere lapidada por una acusación de adulterio. El amante recibió 100 latigazos y quedó en libertad. El marido, que volvió después de estar 5 años fuera del país, fue el encargado de tirar la primera piedra.


La lenta agonía de esta mujer, tal vez enamorada, me ha dejado tratando de entender la dureza de algunas leyes religiosas. Lo que encuentro en internet me deja helado:
Articulo 116: "Las piedras usadas para lapidar no deben ser tan grandes como para matar a la adúltera al primer o segundo impacto, ni tan pequeñas como para que no puedan ser consideradas piedras".

Pienso en esa mujer, bajo las piedras, con el nombre de su amor en las pupilas.

Mundo loco.