El bajón invernal

Recién les comentaba algo a las chicas de Sandía de la Concierto, respecto al bajón invernal que afecta a medio mundo. En otoño e invierno se observa un incremento de la depresión y de las crisis de ansiedad debido a la escasez de luz natural. Es nada más y nada menos que el Desorden Afectivo Estacional, también conocido como Seasonal Affective Disorder, (SAD).

El SAD (triste) es una depresión estacional recurrente, causada por la falta de luz solar. Los síntomas incluyen sentimientos de tristeza, ansiedad, dificultad para despertar en la mañana, adormecimiento durante el día, separación social, deseo por las cosas dulces, aumento de peso.

Como el oso que se prepara a invernar, la mayoría de los humanos tendemos a usar ropa de colores oscuros, comer en exceso y encerrarnos en la casa ante la llegada del invierno, y raramente vemos el sol directo. Pasamos hasta el 80% del tiempo en entornos cerrados y mal iluminados, nos deprimimos y caemos en el círculo vicioso de salir cada vez menos al exterior.

La poderosa influencia de la luz en los neurotransmisores cerebrales modifica la atención, el humor y el comportamiento, altera la salud y afecta el rendimiento laboral, las ganas de enamorarse y varios bajones más. Así que parece que es más la falta de luz que el frío, aunque este último también influye en esta especie de letargo invernal.

Tal vez deba poner ampolletas más potentes en todas partes.
¿Ayudarán a iluminarme?