Querer a Chile
sábado, diciembre 10, 2005
Hoy es sábado, es tarde, vengo llegando, vengo desde uno de esos viajes por el túnel del tiempo en que te reencuentras con gente que no has visto en 20 años, o más. Si tienen la oportunidad, no dejen de hacerlo. Es realmente rico. Volver a ver personas, recordar, reirse, entristecerse por los que faltan. Volver a mirar ojos que dejaste de ver tanto tiempo. Y sentir que nada, o casi nada, ha cambiado. Después les cuento más.
Hoy les quiero dejar un mensaje para darle vueltas. Y tiene que ver con querer a Chile. Con lo que queremos para Chile. Mañana domingo son las elecciones. Mañana vamos a elegir un presidente. La cosa es seria. Y cuando estés ahí, solo tú en la cámara secreta, regálate unos segundos. Piensa en tí, piensa en tu país, en tu familia, en lo que quieres para los que quieres, para el trabajo, para la relación con el mundo. Piensa en los que tienen menos. Y decide. Vota. Deja tu voto en la urna. Vuelve a tu casa tranquilamente. Y piensa que hiciste un acto en conciencia, que debe ser uno de los actos más importantes de nuestro deber cívico.
Y en la noche, cuando salgan los funcionarios a contarnos que de un total de no sé cuantos votos válidamente emitidos de no sé cuantas mesas, y que arrojan el siguiente resultado, piensa que uno de esos eres tú.
Todo bien.
Comentamos después.
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