Palabras sueltas
sábado, marzo 18, 2006
Nunca sé como nombrar a tanta cosa,
ni las que me tenían contento,
ni esas otras que llegan, se dan vueltas, se acomodan,
y se te anidan por ahí, bien adentro.
Se ganan su lugar, y ahí se quedan.
Duelen.
No sé, ni siquiera las llamo, llegan solas.
Como ahora.
Y estoy lejos,
lejos, como nunca estuve antes.
Todo el rato ha estado la luna en mi ventana.
Y ha estado tanto rato que pensé que era pintada.
O una foto. De esas que me gustan tanto.
Ahora, que esto llegó para quedarse, vuelvo a mirar,
y ya no está.
Yo tampoco.
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