En familia

Estuvimos todos juntos el sábado. Mis hijos con las pololas, mis hermanas, sobrinos, mi mamá. Y comimos rico y conversamos hasta tarde. Yo estaba feliz. Es que ando re contento.

Y conversamos de comunicación, confianzas y temas en común. Y de hijos. Yo soy muy amigo de los míos desde que nacieron, siempre he estado, estuve y estaré, no traté de acercarme ahora hace poco, he estado siempre. Estuve años en cuatro patas entendiendo su mundo desde su perspectiva. Y me contaron de sus juegos, juguetes, tareas, peleas, de la niña que les gustaba a los 10 años, y a los 13 y a los 15, de las fiestas, de las salidas, de cuando pasé el auto la primera vez, de los viajes, de los amigos. Y ahora, claro, hablamos de todo, y seguimos muy compinches los tres...

Después fui a dejar a mi mamá, que me dice, mírame a mí, fumé 50 años, hace 1 año que no fumo y aquí estoy. Y ahí estoy yo también, con uno que otro efecto secundario, pero bien, creo. Y este domingo me ha encantado, porque ha estado lindo, muy hablado y conversado, y porque también hay muchas cosas que me tienen contento, que me preparan bien para una semana llena de cosas. Ella, ella está linda, y cerca.

Me sigue gustando el 2007. Creo que será un año de grandes cosas.
Para todos. O al menos, para muchos que se lo propongan.

Hablen, sólo eso les dejo. Las ganas de hablar.
Pregunten, acérquense, conversen. Hablen con sus hijos, con sus viejos, con sus parejas.
Hablen. Apaguen el computador.
Y hablen ahora.