Para leer hoy, a las 9 de la noche
miércoles, abril 01, 2009
Porque a las 9 de la noche, de hace tres años, nos vimos por primera vez. Y me bajé del auto para tocar el timbre fijándome que había una guapísima mujer parada cerca de la reja, que se acercó y me dijo, Roberto?, y le abrí la puerta del auto y se sentó y me miró. (Odié hacer eso, nunca en una primera cita la subas inmediatamente al auto. Ella puede hacer todo, mirar todo, y tú no. Tú estás preocupado de manejar. Ella te mira tranquilamente, mira el auto, escucha la música, te mira entero y ahí estás, a merced de ella. En fin. -Anotación mental).
Y nos fuimos a comer, tal como le garantizaba en los mensajes previos, a un restaurant con ventanas a la calle y con ventanas en el baño por si decidía fugarse y salir arrancando. No fue necesario, nos quedamos ahí hasta las tres de la mañana. Rodeados de mozos atentos por si se nos ocurría algo más. Y la corvina a la sal estaba soberbia. También la noche. Y la conversación fluía y nos contábamos historias y nos mirábamos y todo era tan familiar, tan cómodo y cercano, que de tan sorprendente parecía anunciado. No nos separamos más. Un par de semanas después estábamos en la playa, otro par de semanas y estábamos en Buenos Aires. El resto es historia. Hasta hace poco. Porque hoy no estamos. Y tal vez no llegará a ser una historia de esas grandes, pero fue una historia feliz. Feliz, sin duda alguna.
Eso pues, feliz aniversario, donde quiera que estés.

Mi sitio profesional
Mi agencia
About me
En Twitter
En Linkedin
En Instagram
En YouTube
En Facebook
En Flickr
En Pinterest
En Quora
En Tumblr Shorts
0 comentarios. Escribe tu opinión aquí.:
Publicar un comentario