Creer
jueves, diciembre 15, 2011
A mí me gusta creer en algunas cosas. Me gusta tener déjà vu y pensar, -sentir-, que ya estuve, que ya viví todo ese momento. Magia instantánea.
No quiero oir la aburrida explicación de la pequeña epilepsia lóbulo temporal, las alteraciones de la percepción y la memoria o la incapacidad de establecer secuencias.
Ya no sé si es una falla en la Matrix, pero sí sé que tengo a veces esos déjà vu y me maravillan esos segundos mágicos.
Después se me olvidan.
Porque hay cosas que sólo se creen o se sienten. Debe haber mil explicaciones científicas para las mariposas en el estómago cada vez que ella se acercaba y me dejaba uno de esos besos. Lo que sé es que me gusta sentir esas mariposas. No quiero que me hablen de glándulas secretando sustancias. Quiero hablar del vértigo de sentirla sobre mí.
Es como la lectura de las líneas de la mano, y pese a que nunca me las han leído, no creo que haga mucho daño escuchar que un gran cambio se avecina, que un viaje te hará conocer a alguien inesperado o que no sé qué se aviene con Cáncer.
Hay creencias que hacen daño, pero tienen más que ver con las ideologías, con la cosa humana. La ciencia quiere entregar verdades y certezas absolutas. Otros alucinamos con la luna, y no precisamente con su geología.
Me interesa el conocimiento humano, cada día me sorprendo más, maravillado con lo que se crea o descubre, pero también me interesan sus trivialidades, las sensaciones, las percepciones. Es que me gustan todas esas cosas inexplicables, -seguramente tienen más de algún ejemplo-, como esas historias que a veces se transforman en leyendas urbanas. Y saben qué, no son más que algo del opio necesario, de la conversa del café, de la trivia o de un artículo intrascendente en algún blog, en algún diario. Como este. Como tantos.
Creer, creer. ¿Quién tiene la verdad?
Al final, quedamos los que puedan sonreír.
No quiero oir la aburrida explicación de la pequeña epilepsia lóbulo temporal, las alteraciones de la percepción y la memoria o la incapacidad de establecer secuencias.
Ya no sé si es una falla en la Matrix, pero sí sé que tengo a veces esos déjà vu y me maravillan esos segundos mágicos.
Después se me olvidan.
Porque hay cosas que sólo se creen o se sienten. Debe haber mil explicaciones científicas para las mariposas en el estómago cada vez que ella se acercaba y me dejaba uno de esos besos. Lo que sé es que me gusta sentir esas mariposas
Es como la lectura de las líneas de la mano, y pese a que nunca me las han leído, no creo que haga mucho daño escuchar que un gran cambio se avecina, que un viaje te hará conocer a alguien inesperado o que no sé qué se aviene con Cáncer.
Hay creencias que hacen daño, pero tienen más que ver con las ideologías, con la cosa humana. La ciencia quiere entregar verdades y certezas absolutas. Otros alucinamos con la luna, y no precisamente con su geología.
Me interesa el conocimiento humano, cada día me sorprendo más, maravillado con lo que se crea o descubre, pero también me interesan sus trivialidades, las sensaciones, las percepciones. Es que me gustan todas esas cosas inexplicables, -seguramente tienen más de algún ejemplo-, como esas historias que a veces se transforman en leyendas urbanas. Y saben qué, no son más que algo del opio necesario, de la conversa del café, de la trivia o de un artículo intrascendente en algún blog, en algún diario. Como este. Como tantos.
Creer, creer. ¿Quién tiene la verdad?
Al final, quedamos los que puedan sonreír.
3 comentarios. Escribe tu opinión aquí.:
Uno de esos artículos que debieran estar en un post-it, pegado a la pantalla del computador, para comenzar el día. Saludos!
Mariposas, feliz de sentirlas siempre.
:) esta lindo ♥
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