Parejas
lunes, mayo 19, 2003
He hablado con muchos este último tiempo, y a varios los he sentido desencantados. Qué es esto que les pasa a tantos emparejados, esto de reclamar que a veces se sienten solos, de la falta de proyectos comunes, de mirar hacia adelante y ver que su pareja no siempre está ahí, más bien no está o está en otra... y discuten y se taiman y se arreglan y aquí no ha pasado nada y dele con el ciclo.
Muchos de los que nos hemos sentido solos o aquellos que actualmente están solos darían mucho por tener a alguien, no sólo uno con ventaja, sino un compañero más allá de las sábanas, que esté, pero que también guíe, que haga planes y que además sepa como disfrutar el momento preciso, frágil y hermoso, de unos minutos en el cielo o quemarse en el fuego de un segundo de pasión y reirse y ponerse serio y decirte algo lindo y tiernucho y preocuparse por tí, y por los dos y pensar en el futuro cuando sea el tiempo de pensar.
Tantas cosas que son sólo detalles pero para quien te mira día a día es un alimento básico... Y conste que yo encajo en eso de ser el Señor Mímame, Mírame, Escúchame, pero por ser yo mismo esta especie de embutido de pegote y carente, también soy el Señor Sé Que Te Gusta Así, y Quiero Escucharlo Todo.
Es tan difícil convivir, pero tan entretenido. Entre los de Marte y las de Venus aparecen hasta de Júpiter, con una que otra tranca y obsesión pero dispuestos a aprender, a ser domesticados hasta lo aceptable y se mueren de ganas por estar y por quererte.
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