Tocar fondo

Alguien me decía... Estoy mal, en realidad pésimo, no sé que hacer, he tocado fondo...
Yo le decía que se alegrara, que no era malo tocar fondo. Me miró como diciendo otro loco u otro que me quiere levantar el ánimo con frases de esas. Le conté que yo me había sentido en el fondo durante un tiempo y que ahí y sólo ahí había entendido muchas cosas. Y no estoy hablando de drogas, copete ni nada parecido.
Estoy hablando de sentirme en el fondo de mí mismo, adolorido, golpeado, y solo contra ese fondo. Me había alejado de gente, de familia, de las cosas que me movían. Me sentía además un poco empujado a ese fondo y créanme, no se sentía bien bajando por esa batidora, por ese remolino que no te deja pensar ni actuar, donde no puedes ver ni sentir ni intentar parar.
Cuando tocas fondo y ves que sí llegaste, ves las cosas más claras, aprecias la vida y a los que te rodean de forma especial. Es como si volvieras a nacer, respiras de nuevo y sabes que ahora tienes un sexto sentido que te hace verlo todo de una nueva manera. Ya aprendiste muchas cosas. Tocar fondo se acerca al momento de volver a alzar el vuelo.
A mí me permitió acercarme, hablar, mostrarme tal cual soy.
Y ha sido un buen comienzo.