Soy el mismo

La ví el jueves, y hablamos hasta el viernes. Y fue una conversa de esas. Y hablamos y escuchamos. Y nos abrazamos. Me siento igual de bien entre sus brazos cuando ríe que cuando tiene los ojitos brillantes y húmedos, y no sé si debería ser así, pero sus lágrimas en mi cara me llenan de paz, y sentir sus manos en mi espalda, de nuevo, y que me hacen cariño, me hace bien, me hace mejor. Es que la extrañé, entienden, y tenerla cerca y hablar de tratar de reintentarlo y ponerse de acuerdo y pensar que puede ser y tantas, tantas otras cosas, es todo lo que va a movernos, con el amor al principio de la fila.
La ví el sábado, y en eso estamos. Tratando de entender, preguntando qué cosas hemos hecho cuando no estabas y así. Y me siento bien. Y me gusta sentirme así. Y a ella la siento contenta, y con ganas, y mejor.

Yo quiero que me quieran, sin peros. Esa es la cosa, sin un solo pero.
Acepto que me domestiquen, pero no quiero disculparme por ser como soy.

Estoy ahí. Soy el mismo de quien te enamoraste.