Verano
lunes, enero 10, 2005
Vuelvo a mi casa.
Hoy llegaron los chicos viajeros, los hijos de Martine llegan de pasar el fin de año en Paris, y desde el frío, desde la casa de su papá, vuelven al regazo de la mamá. Así que los voy a dejar tranquilos un par de días para que recuperen el nivel de Edipo y regaloneen un buen poco.
Lo pasamos bien estas 3 semanas, desde antes de la Navidad que estamos juntos, salvo un par de días en que viajó a Pucón por motivos de trabajo. Me he sentido bien, contento y enamorado, la siento cerca, y siento que somos buenos compañeros, buenos para comer, buenos para dormir, para conversar, para despertar al otro con un beso. Y esa afinidad se siente bien. Recuerdo un comentario de Nadia, respecto a la trilogía "amistad + atracción física + valores esenciales en común", como cosa básica para lograr algo con alguien. Y yo siento que la amo. La escucho, feliz, en el celular y me cuenta que están todos juntos, de nuevo. Sé que sus ojos, esos que me gustan tanto, le brillan contentos. Los chicos, sorprendidos por la renovación de sus dormitorios, en que trabajamos harto, seguramente se atropellan para hablar en esa mezcla de español y francés en las que a veces no entiendo nada.
Anoche trabajamos harto con mi hijo Fe, preparando su matrícula para la Uniacc, hoy se fue a la parcela con un grupo de sus amigos, Ro pasa por mi casa y lee el cuento que hice para el taller. No caché mucho, me dice, pero me gustó. En fin. Mañana arreglaremos los frenos de su auto, cada día más tuneado.
Y la tarde pasa lenta y calurosa. Pronto será de noche. Amo las noches de verano, aunque esta va a ser más sola.
Ça va.
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