Una fiesta alucinante
jueves, marzo 03, 2005
Y difícil de olvidar. Dos horas con el acelerador a fondo. Kusturica y la No Smoking Band en Chile, como parte de su gira La vida es un milagro, tal como se llama su más reciente película, y que incluyó música de algunas de sus otras obras: Tiempo de gitanos, El sueño de Arizona, Había una vez un país, Gato negro, gato blanco y Súper 8. Un acontecimiento. Catarsis pura, un estadio Víctor Jara repleto, y lleno de saltos, baile y gritos. Arriba del escenario, lo mismo. La música inundó todo. El unza-unza de estos bosnios nos dejó llenos de energía. Bajamos dos kilos cada uno.
Nos encontramos con Paloma y con Nefele. Dos guapas bloggers. A Rubén no lo ví. Sospecho que se fue con estos gitanos mágicos, que mezclan el rock, el ska, y el punk de los Balcanes con marchas turcas o húngaras y actos de magia. El cantante, Nelle, caso aparte. Energía pura. El hijo de Kusturica, Stribor, toca batería; el violinista, Dejan Sparavalo, un prodigio. Acordeón, saxo, tuba, percusiones, bases. Son 11 músicos en escena aunque parecen ser 20, y todos a mil.
Vayan a verlos y escucharlos en su página oficial: aquí.
Todavía estoy saltando.
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