Sueños, suerte, azar...

A veces, el Faraón soñaba entre acertijos. José interpretaba los mensajes y se ganaba el pan y su confianza.
Al sufrir una crisis de insomnio, el Faraón decidió despedirlo.

Al otro día soñó con vacas.


Escribí esto, un día en el Taller. Y me quedó dando vueltas esto de la interpretación de sueños. Nunca me he sacado la suerte, nunca me han visto las manos, ni el tarot, ni las cartas, ni la bola de cristal, ni los granos de té, café, ni nada parecido. No he visto brujas, ni chamanes, ni siquiera una gitana.

He preferido vivir la vida sin saber, así como al azar, como cuando vas a ver una película. Es cierto que a veces el guión da unos saltos inesperados, algunos personajes secundarios e incluso algunos extras toman papeles principales, pero la banda de sonido es interesante y siempre hay algo de tensión.
Es mi película, y está bien. Un poco rara pero llena de detalles interesantes. Casi parece dirigida por David Lynch.

No sé si quiero saber qué me depara el destino.
Prefiero seguir viviendo esta película y sorprenderme con el libreto.

Capaz que tenga un happy end.