Omaha
martes, mayo 16, 2006
Nunca he contado esto aquí. Sólo algunas personas lo saben.
Me persigue Omaha.
Tal cual.
Y es algo que me pasa hace años, muchos años.
No sé bien cuándo comenzó.
Pero prendía la tele y ahí estaba. Abría un atlas, una revista, un diario, de nuevo. Daba vueltas un globo terráqueo, ponía el dedo y click, justo sobre Omaha. Leo una biografía de Marlon Brando, y click, me entero que nació en Omaha, igual que Malcolm X. Un día tomé un disco de The Counting Crows y lo primero que veo es el tema Omaha. En el evento que tuvimos hace unas semanas, conversaba con el famoso maquillador que trajimos de New York, y le pregunté dónde había nacido, cuando me dijo Omaha, debo haber puesto una cara muy rara, porque el gringo no sabía si se encontró con un psycho o era mi hermano desconocido. Hace un par de días, mostraban un campeonato de póker, en la modalidad Omaha. Y anoche, tarde, en medio de un zapping, alguien dice, ...la gran carrera de Fred Astaire, que nació en Omaha... Uf. Apagué la tele.
He estado varias veces en Estados Unidos, pero nunca he ido a Omaha, Nebraska. He averiguado que es una ciudad linda, que tiene poco más de 400.000 habitantes.
También sé que es el nombre que se le dió a una de las playas de desembarco para el Día D, en Normandía. Sé que Robert Capra tomó fotos ahí, donde miles de soldados gringos murieron. Hace tiempo fui con alguien a ver Saving Private Ryan y, claro, todo sucede en esa playa normanda.
¿Qué habrá en Omaha?
Un tiempo pensé que algo, o alguien, me esperaba ahí. Tal vez, varias vidas atrás, fui un indio omaha de Norteamérica, esos que tenían por tótem al alce, y no comían de su carne, ya que descendían de él.
He recorrido muchas imágenes en la red, por si reconozco algo, o alguien. Muchas veces he releído Lejana, de Cortázar, y al pensar en Omaha me siento tal como Alina Reyes cruzando el puente.
Alguien me decía, tienes que ir, no puedes dejar de ir. Otros me han dicho uf, qué miedo, yo no iría.
Pero yo creo que sí, que voy a ir un día a Omaha, y caminaré por sus calles, miraré todo atentamente, y viviré un día especial, o una paradoja de tiempo, o tal vez no pase nada, o tal vez sí, y sienta una conexión jamás sentida, y vuelva por acá, alguna vez, a contar la historia.
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