En mi blog está la luna
viernes, junio 16, 2006
En serio que está, seguro que la han visto, es una cosita que muestra las fases lunares. Siempre he creído que está muy abajo. He tratado de moverla, pero no se deja, cuando llegó se instaló ahí y nunca más se movió. Haga lo que haga sigue ahí. Como el mundo. Que cambia, pero sigue ahí. Este mundo loco, tan tuyo, tan mío. Todos tratamos de ayudar, de educar, de guiar. Si somos más, más se logrará. El mundo va a seguir ahí, pero la gente será mejor. Con menos niños muriendo en Africa de enfermedades absolutamente curables, mientras el mundo real, lleno de Ongs y cosas así se espanta más por la muerte violenta de focas, tal vez porque son más lindas y se ven bien en la tele. Los otros negritos da cosa mirarlos, tan llenos de moscas, tan uf, tan políticamente incorrectos.
En 100 años, ninguno de nosotros va a ser recordado. Ninguno. Y la única diferencia que tengo con algunos es entender que el mundo seguirá ahí, cuando no estemos tú ni yo, ni mis hijos, ni los tuyos. Yo opto por creer que la gente será mejor. Y esto va a demorar. Yo no tengo ninguna ?ninguna- diferencia genética con Colón, ni con un monje de la edad media ni con alguien que ponía piedras en Stonehenge. No hemos avanzado nada. Al menos genéticamente. La cosa es que hemos dominado el fuego, el mar, el cielo, podemos modificar los tomates que lucen brillantes en el Jumbo, desciframos ADN, sabemos de carácter y temperamento, hasta encerramos a los locos, por distintos. También hemos talado bosques enteros escribiendo palabras inútiles, pero un hombre, alto como uno de esos árboles, fue capaz de escribir en glíglico palabras de amor, y un maravilloso capítulo 7, y Borges, y Bolaños y Nerudas, y todas las palabras que se escriben sobre los amaneceres del mundo, los amores, las penas y las lilas.
Lee esto, es de la Pizarnik:
Vértigos o contemplación de algo que termina
Esta lila se deshoja.
Desde sí misma cae
y oculta su antigua sombra.
He de morir de cosas así
Y yo me siento un poco así, con la luna, sus ojos que me miran, parejas en la calle, Santiago de noche, un buen libro, a veces una frase, todo me emociona, y ahora que lo cuento, veo claramente que tengo un sesgo por lo bello y le temo a lo crudo de la realidad. Pero no escondo la cabeza, al menos no tanto. Trato de ayudar, de aportar, de crear espacios, de escribir suspiros al aire. Si provoqué algo, una emoción, sonrisas o incluso una actitud contraria, todo bien. Estos blogs son como mensajes en botellas. Algún día alguien, en mil años, encontrará estos mensajes, encontrará este sitio en un sistema antiquísimo llamado internet y se sorprenderá al leer las palabras, casi todas inútiles, de alguien perdido en un país esquina con vista al mar que trataba de comunicarse.
Y a ti que me lees, te dejo un abrazo, un día nos tomamos un café. Y hablamos de libros, de música, del mar.
Y me cuentas de tus viajes. Y me muestras tus escritos, que seguro que me gustan. Tal vez sólo te falte la botella. Y te enseño cómo abrir un blog y le cuentas al mundo que no estás solo.
En mi blog está la luna. Y está ella. ¿Y crees que no es magia?
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