Activismo ciudadano

Los chinos dan el ejemplo: Un millón de mensaje de celular detiene la construcción de una planta contaminante. El gobierno local de Xiamen suspendió las obras, de más de mil cuatrocientos millones de dólares, debido a la presión de la comunidad, y promete reestudiar los permisos.

En esto, independiente que el motivo central de la campaña sea destacable, lo que más me impresiona es la capacidad de generar los mensajes de tantas personas unidas con un objetivo común.

¿Seríamos capaces los chilenos de generar, proporcionalmente, tantos mensajes?



Motivos nos sobran, la neutralidad en la red, la construcción de una planta de gas en Peñalolén, proyectos de ley que duermen en el congreso, y tantas otras cosas en las que la comunidad podría presionar y hacer notar su presencia, su molestia, su aprobación.

Recuerdo la difusión de mensajes para el 11 de marzo en España por lo de los atentados. Se generó, espontáneamente, una inmensa red. Y aunque aquí han habido algunos intentos, nada ha logrado unir a miles de chilenos clickeando en sus celulares para enviar mensajes. Todavía.

¿Qué estamos esperando? ¿Por dónde empezamos?

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