No quería escribir
viernes, septiembre 14, 2007
No me da, decía yo, no me da para escribir. No podía.
Es la primera vez que me pasa esto, que siento esto.
Lo de mi papá y mi hermano me dejó mudo, colgando, pequeño, amarrado, sin poder hacer nada.
Por deformación profesional yo siempre sé lo que hay que hacer, sé lo que pasa ahora y después, lo que viene, cómo viene, por donde viene y qué va a hacer. Producir eventos te permite manejar todo, cada detalle tiene su momento y tiene su afán.
Pero con todo esto no sé que hacer, no sé lo que viene, no sé esperar, no sé rezar, no sé no saber.
Y apareció un ángel, un ser humano de esos que te devuelven la confianza en la especie. Alejandro, que dice que siempre me lee, que le he ayudado sin saber, y que está haciendo su internado de Ginecología en el Hospital Regional de Antofagasta, que leyó mi post y fue a ver a mi hermano, a averiguar quién era, cómo estaba y qué le había pasado, y apareció en un mail y en un comentario de este blog y luego en el teléfono. Y es un blogger. Este es su sitio. Y si alguna vez agradecí todo lo que me han dado los blogs, ahora entiendo más.
Y es de lo único que quiero escribir por ahora, de esta increíble comunicación que se produce, de estas redes misteriosas que se tejen y entrelazan, de las relaciones, de los puntos de contacto, de toda esta majamama virtual, aparentemente tan fría y lejana y que sin embargo me ha permitido ser feliz tantas veces, que me regaló la maravillosa oportunidad de conocer a alguien que me voló la cabeza y que llenó mi corazón, de sentir que además hay buenos amigos por ahí que los conocí a través de esto, y que ahora, en un momento difícil, me permite contactarme con este ángel con blog, con Alejandro, este doctor que le dicen Wallo, que me lee y que siente que tiene que ayudar, desinteresadamente, porque sí. Y que va a alojar a mi hermana en su casa este fin de semana, que recibió hoy a mi sobrino, uno de los hijos de Claudio, que lo acompañó a verlo hasta su cama, que me escribe que le hizo cariño, que le habla, que le dice que aguante, que va a salir de esto, que me da ánimo y me dice que las cosas están de luz.
De eso quiero escribir, de ángeles, de redes, de relaciones, de todo esto que me sorprende, que me emociona, porque a esta hora, cuando ya no hay trabajo, o sencillamente ya no hay ganas, y te queda la cabeza vacía del día a día, de los proyectos, de las fotos, te quedas por ahí dando vueltas, llorando a escondidas y pensando en qué se puede hacer, te aparece esta luz que llega, desde un blog a otro blog, iluminando todo.
Y por más que quiera ver otras luces, de esto quiero escribir y dejar que me llene, todo el resto puede esperar.
Gracias Alejandro.
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