Invitación
lunes, mayo 30, 2005
Buena la invitación de la Radio Concierto, las dos chicas de Sandía, Natalia y Katyna, simpáticas y guapísimas, se las arreglaron bien para que pudiera hablar tranquilo y que se me entendiera algo. Es que en mi caso, la cabeza va más rápido que la boca.
Y, por supuesto, hablamos de blogs y de bloggers. Blogs distintos, ondas distintas, variadas formas para intentar comunicarse. Todas son válidas. Los que tienen diarios personales, los periodísticos, los tecnológicos, los literarios.
Vuelvo a citar a García Márquez, que dijo alguna vez, "Uno tiene tres vidas: la pública, la privada y la secreta. La buena para escribir es la secreta, es la que más contamos los que escribimos."
¿Cuál será la vida que conviene y vale la pena contar en un blog? ¿O en un libro? ¿Hasta donde todo es parte de un reality, hasta donde es ficción?
Abrirse mucho, desnudarse, mostrar todo. O guardarse y jugar al conquistador, al culto, al profundo. Decir lo que no eres, contar lo que no sientes, escribir por escribir.
Es como en las relaciones humanas. Mostrar el lado bueno. Esconder el lado oscuro.
Me niego a interpretar papeles. Mi vida me gusta. Y me gusta vivirla. No quiero dobles. A veces no estoy de acuerdo con el libretista y el productor ejecutivo. El guión, caótico, da unos saltos inesperados, incomprensibles. Va del drama a la comedia. La banda de sonido es un imbunche de estilos y ondas. Pero me gusta.
Es mi vida. Soy yo.
El problema es que te entiendan.
Así y todo, estamos insertos en este mundo, y nos toca la suerte de todos estos cambios que vemos día a día. Un mundo loco que a ratos se tranquiliza, se enamora, se enoja, pelea, piensa, siente, reconcilia, aprende, enseña...
Los bloggers, estos nuevos "periodistas ciudadanos" quieren manifestar sus ideas, quieren opinar y recibir comentarios por su opinión. No quieren "tragarse" las noticias de los medios tradicionales. Quieren vivir la noticia.
Hace 50 años Einstein dijo "La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa".
Y yo no quiero sentarme en un sillón a ver qué pasa, quiero estar, jugar, actuar, participar y, si puedo, quedarme un buen rato.
Y a eso estamos todos invitados.
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