Se vende vida

Hace un tiempo atrás leí que un tipo de Australia publicó un aviso en Ebay, el más grande sitio de ventas y remates online, ofreciendo su vida.

Su idea era vender todo: su identidad, su nombre, su teléfono, su trabajo, sus pertenencias y todas sus relaciones. La oferta incluía todo lo necesario para que el comprador se convirtiera en él mismo. El precio inicial era de 4 dólares, pero finalmente la subasta se cerró en US$ 5.800.-

Ofreció presentar a todos sus amigos, varias "amantes potenciales", que son "unas ocho chicas con las que he estado flirteando". Incluyó también una antigua relación con una ex novia y un curso de 4 semanas para aprender a ser él, incluyendo clases de surf y malabares con fuego. El comprador se haría acreedor a un trabajo repartiendo fruta y un repertorio de seis chistes.

Sé que la web da para todo, pero igual me quedó dando vueltas. Cuando me siento demasiado perdido, con ganas de recomenzar desde cero o cotizando pasajes para Omaha es cuando quisiera ofrecer todo: Un trabajo intenso y absorbente, pero entretenido, relaciones interesantes, una que otra ex complicada y otras que son un sol, pocos amigos pero buenos, miles de conocidos, algunos proyectos en desarrollo, un blog con hartas visitas, miles de recuerdos, miles de canciones, miles de momentos, un departamento con vista a la casa demolida del ex presidente, un Nissan blanco, un iPod blanco, un Mac blanco. No incluyo a los hijos ni algunos pedazos menos de corazón porque los echaría demasiado de menos.

Todo el resto se va.

Y partir de cero.

De cero.



Pero no. Mejor no.
Me gusta mi vida.
Con todo,
lo bueno y lo menos bueno.


Se retira la oferta.