Facebook, el cielo y el infierno

Me encantan las redes sociales que se van creando a medida que la tecnología avanza. Los contactos crecen, conoces gente, se arman redes interesantes.

Hay redes para todos los gustos y preferencias. MySpace, Orkut, Hi5!, LinkedIn, eConozco, FaceBook. Y otras cuantas redes, casi todas temáticas, que tratan de formarse su espacio: ASmallWorld, una red privada para ricos, (sorry chicos, sólo por invitación), Neurona, más profesional, Cork'd: para amantes, aficionados y profesionales del vino, ModelsHotel sólo para modelos top, y otras como Flickr, YouTube, Twitter, LastFM, donde miles de internautas muestran qué hacen, qué ven, qué dicen, qué escuchan.

Falta tiempo para meterse y conocer más de los secretos de estos rincones virtuales. En Facebook puedes ver en tiempo real lo que están haciendo tus contactos, con quién conversan, a quién agregan, qué compran, qué leen, qué escriben, qué les gusta, qué aplicaciones tienen, puedes abrazar causas a las que otros te invitaron, y puedes enviarles regalos, que todo el resto ve. Tal vez este sea el precio de redes como estas. La identidad personal de cada uno está ahí. Tal vez yo no pueda controlar lo que se dice de mí, pero en sitios como este cada uno decide qué pone en su perfil, y al menos es info de primera mano. Yo sigo siendo la mejor fuente para hablar de mí mismo.

Y claro, el sistema también tiene sus vicios. Cada vez que instalas una nueva aplicación tienes la opción de comunicarlo a todos tus contactos, por lo que la lista de peticiones, invitaciones y solicitudes de todo tipo es cada vez más larga, latera y tediosa. Será cosa de tiempo que la gente aprenda. Muchas de estas aplicaciones son bastante inútiles, y enturbian un buen poco una idea de esas geniales.

Lo interesante es ver cómo se tejen estas redes. Miren el diagrama de mis relaciones en Facebook que está más arriba. Es una aplicación que se instala y te entrega este esquema. Y cada vez se "enreda" más. Si le hacen un click la verán en grande.

El crecimiento es exponencial. ¿Será que los contactos nos definen? Yo prefiero menos pero mejor, pero claro, es cuestión de gustos.

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